La “hora dorada” y la “hora azul” (‘golden hour’ y ‘blue hour’), muchos la denominan la hora mágica. Es un momento breve y único del atardecer, que funde en el horizonte los tonos cromáticos del día que termina y la noche por venir. La luz es suficiente e insuficiente a la vez . Instante de transición, de inquietante belleza y enga- ñosa serenidad. No son lo mismo, pero sí se suceden la una a la otra, aunque ambas se llamen “hora”, quizás, lo deberíamos llamar “momento”, porque son solo unos minutos en los que pasamos de los tonos cálidos y dorados a los fríos y azules, que se mezclan con la luz artificial de nuestras ciudades.
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